jueves, 13 de septiembre de 2012

Escuela permeable

Parece que es tema común que la educación está en el centro de la discusión social y política de nuestro país. Desde todos los ámbitos emergen acciones, ideas, proyectos, movilizaciones, discusiones y personas que tienen relación con la educación.
A la Escuela se le quiere dar más recursos, pero se le pide que sea un espacio de integración social, que se eduque en valores. Se le pide que eduque en consumo y también en sana convivencia. Se le exige que alimente sanamente a los niños, que desde ella se prevenga el consumo de drogas, que los niños desarrollen capacidades, habilidades, competencias, que hablen inglés. Se espera que sea una Escuela actualizada con las TIC's, que sea pertinente con los cambios sociales. Se pide que forme ciudadanos responsables y, para las escuelas confesionales, que sus alumnos sean hombres y mujeres creyentes. A la Escuela se le pide todo.
Creo que algo no cuaja en esto. Es algo así como que la Escuela es la última institución que sobrevive del antiguo orden moderno. La Iglesia Católica ha perdido figuración, los partidos políticos están en franca decadencia y las organizaciones sociales juveniles siguen perdiendo adeptos. Al parecer la Escuela, para muchos, es el espacio social que permitirá la sobrevivencia de una sociedad mejor.
Todas las esperanzas están puestas en la Escuela.
Pero ciertamente que la Escuela es permeable. Conformada por seres humanos, ella vive toda la grandeza y debilidad humana. En ella se una lo más hermoso y también lo más bajo de nuestras debilidades.
Quienes conformamos la Escuela somos seres humanos que, insertos en la sociedad, no podemos estar fuera de ella. Por tanto lo esencial es asumir esta permeabilidad, esta fragilidad que nos debe llevar a vivir la humildad profunda para ser un espacio donde la humanidad sea el elemento sustancial que guíe nuestras decisiones y acciones pedagógicas.
La Escuela nueva que se erige en distintos rincones del planeta lleva este sello de humanidad. Es una Escuela que se reconoce aprendiz, en donde los docentes, estudiantes y apoderados forman una Comunidad de Aprendizaje permanente. Es una Escuela permeable que comparte sus logros y retrocesos. Es una Escuela que mira la sociedad y busca su transformación, una Escuela que no prepara para vivir en la sociedad, sino que recrea la nueva sociedad que la humanidad requiere.
La Escuela la conformamos seres humanos, por tanto, si algo le podemos pedir es que sea permeable a todo lo humano y que, a partir de dicha humanidad, pueda desarrollar procesos de formación y se constituya a sí misma como espacios de humanización, asumiendo lo la grandeza y la miseria que nos hace humanos, que nos hace hermanos.
Dicha Escuela requiere otra estructura, otra configuración curricular. Ya no cabe expulsar a los estudiantes, ni seleccionar por notas, dinero o creencias. Es una Escuela democrática, comunitaria abierta y permeable al entorno local, siendo motor de desarrollo social comunitario y en donde todos aprendan los vínculos necesarios para crear la nueva humanidad.
¿Queremos construir esta nueva Escuela?


No hay comentarios:

Publicar un comentario