lunes, 7 de enero de 2013

Nueva Escuela y Curriculum centralizado: ¿compatibles?

Durante el 2012, y antes obviamente, aparecieron muchas tendencias nuevas en educación escolar. Desde mi visión, ligadas especialmente al aporte de las neurociencias, emociones y uso de TIC's. Todas estas tendencias y movimientos buscan, sin lugar a dudas, mejorar los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Las tecnologías le cambian la cara a la Escuela, la cual deberá mirar muy bien lo que ocurre en el mundo actual.
En Chile se ha creado una nueva institucionalidad que busca mejorar la educación, basado sobre todo en el control de la calidad de las Escuelas (Superintendencia, Agencia de Calidad)
A mi juicio lo que el gobierno, a través del MINEDUC no ha hecho, y no creo que haga, es abordar el fondo del asunto. ¿Qué modelo de sociedad se está construyendo a través del currículum impuesto por el MINEDUC? ¿Qué concepto de persona prefigura dicho currículum?
Por tanto no se trata sólo de mejorar la calidad de la escuela, sino de ponernos de acuerdo en el sentido de la Escuela en nuestra sociedad actual. Ese es el tema que se debe discutir ahora. Ya no se trata sólo de que los mejores alumnos estudien pedagogía, ni de que las Escuelas tengan la mejor tecnología accesible para todos los alumnos del país. Tampoco se trata sólo de que existan aprendizajes significativos y de que la educación sea gratuita, sino que se trata de algo más fundamental: ¿qué trato le daremos a nuestros niños y jóvenes? ¿Qué tipo de relaciones construiremos con ellos? ¿Centraremos la educación en la competencia o en la colaboración?
Por tanto el análisis es más complejo porque apunta a la esencia del ser humano y a la esencia de la sociedad: los vínculos y relaciones para construir la nueva humanidad.
Ese será el debate a realizar.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Escuela, Sociedad, Suicidio Adolescente: algo anda mal

http://www.elmundo.es/america/2012/12/13/noticias/1355420617.html

Al finalizar el año escolar deberíamos evaluar, además de los aprendizajes cognitivos, qué capacidades, habilidades y conocimiento adquirieron los estudiantes en relación a la generación de vínculos humanizadores consigo mismos, con los otros y con el entorno.
El aumento del suicidio entre los adolescentes chilenos debería ser tema obligado de reflexión en todos los Colegios de Chile. Deberíamos hacer una evaluación profunda de cómo afecta el sistema escolar en la tasa de suicidios juveniles.
¿Para qué estamos educando? ¿cómo están viviendo la libertad, la tolerancia, el respeto y el cariño los jóvenes en las Escuelas? ¿Somos las Escuelas espacios de contención, de acogida, Escuelas de Humanidad?
Dejo abierto el debate que, estoy convencido, deberemos tomar como tema de fondo en el próximo curso escolar.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Llegando al fin del año escolar: ¿Aprendimos algo?

Por estos días todos los profesores y profesoras de Chile andamos corriendo llenando libros, sacando promedios, completando informes de rendimiento, ordenando salas, colaborando en las presentaciones de todo tipo que llenan los colegios. Además andamos viendo qué hacer con los estudiantes que terminan el año "con lo justo para pasar", viendo además los temas de asistencia, es decir, si faltó más del 15% de los días de clases debería repetir. Surge, en medio de este caos, la pregunta ¿dejamos repitiendo a este niño? ¿hacemos que pase?
Personalmente creo que en estos días se refleja la falta de profesionalismo de nuestra estructura escolar y, además, se refleja que el foco de la Escuela está puesta en los resultados, no en los productos, y que esos resultados no siempre tienen relación con lo que el estudiante efectivamente aprendió.
Hay muchos casos en que el profesor de Arte, Música, Tecnología o Educación Física, es decir, los temas que menos pesos tienen en nuestro sistema escolar, le suben la nota a los niños para que "pasen de curso". Puede que el estudiante no haya desarrollado las habilidades mínimas de aprobación en los otros subsectores, pero como el promedio general "le da para pasar", aprueba. El tema aquí es doblemente complejo: por un lado muchos estudiantes aprueban sin tener las habilidades mínimas en todos los subsectores. Por otro lado se sigue mirando las artes, la tecnología y la educación física como los "trampolines" para pasar de curso. Invito a quien quiera a mirar las actas de fin de año de cualquier Colegio de Chile y ver cómo en estos cuatro ramos casi todos los estudiantes tienen entre 6,0 y 7,0 de promedio anual. Si esto es así deberíamos estar llenos de medallas de oro en las Olimpiadas, ser el centro de la cultura plástica y musical, y tener un MIT en Chile. La verdad es que la Escuela tradicional en Chile no toma en cuenta el arte, la música, el cuerpo y la tecnología. Pero paragógicamente tampoco toma en cuenta la Matemática, ni la Ciencia, ni la Historia, ni el Lenguaje, porque los estudiantes que no tienen las competencias mínimas de aprobación igual "pasan de curso".
En todo caso el problema que visualizo no es el que "pasen de curso" los estudiantes. Voy a algo más profundo: ¿qué significa pasar de curso? Creo que lo relevante debería ser reflexionar la posibilidad de cambiar el sistema y la forma de aprobación.
La propuesta no la tengo aun clara, pero si creo que es relevante hacer el análisis, la reflexión. Dejo una pregunta para abrir el debate: ¿Por qué no desarrollamos planes de estudio individualizados? ¿Por qué el foco no lo ponemos también en las habilidades sociales, emocionales, artísticas, expresivas, físicas y no solamente en las cognitivas?
Ciertamente son muy pocos los que tienen claridad en saber qué significa que un niño haya pasado de curso.

martes, 13 de noviembre de 2012

El inicio del fin

El inicio del fin de año comienza por estos días. Comienzan a aparecer las realidad que más determina estados de ánimo en la Escuela: ¿pasaré o no de curso? Son varios los estudiantes que se comienzan a hacer esta pregunta, arrastrando con ella a todas sus familias.
Uno de los comentarios que he escuchado en casi todos los Colegios en que he trabajado es ¿Qué hacemos con este niño? ¿Lo pasamos de curso o lo dejamos repitiendo?
Una vez más nos podemos dar cuenta de que el sistema escolar actual está fracasado, colapsado y, sobre todo, que se contradice consigo mismo. ¿Para qué se le ponen calificaciones a los estudiantes si luego decidiremos si pasa o no de curso? ¿Qué nos muestran las calificaciones? ¿Para qué sirven? ¿Qué reflejan de cada estudiante?
Por más páginas de PEI que existan en cada Colegio, lo que a fin de cuentas interesa en nuestro sistema actual es que el niños "pase de curso", además centrados en las notas obtenidas, como si ellas mostraran algún desarrollo de habilidades o competencias. Más encima al final del camino de un año, los estudiantes se transforman en un promedio: "este joven es de 6,0". Por ello se vuelve a repetir la contradicción. Las notas se transforman en sello identitario, pero, según sea el caso, no implican que apruebes o no el año realizado.
A estos cuadros de notas, de posibilidades de pasar o repetir, se debe unir la angustia que provoca en varios estudiantes los períodos de exámenes finales. Se crean semanas enteras en donde varios estudiantes se "juegan la vida" por pasar de curso, por lograr que el profesor les ponga la nota que necesitan para no tener que repetir. Cabe señalar que la mayoría de dichas calificaciones no representan ningún logro de habilidades, sino que se "pasa" al alumno por diferentes razones.
¿Y qué haremos? ¿Seguiremos "pasando de curso o dejando repitiendo"? ¿Continuaremos transformando un año de trabajo escolar en un "promedio general"? ¿Seguiremos ignorando los diversos ritmos de aprendizaje y esperando que todos "aprendan" en la misma fecha?
Una vez más la Escuela debe abrir ventanas y puertas, debe mirarse críticamente y repensarse en profundidad. Debe darse cuenta, una vez más, que el mundo cambió (hace varios años). Debemos evaluar no por calificaciones, sino por aprendizajes logrados en base a un Plan de Desarrollo Personal. Podemos introducir el logro de metas, pero sobre todo, poder visualizar los elementos que produjeron que el estudiante lograra o no las metas, de forma tal de poder reconducir los procesos de adquisición o desarrollo de las competencias intencionadas en conjunto entre la Escuela, el niño y su familia.
Un año de estudio y trabajo escolar no cabe en un "promedio". La vida no se juega en los promedios, sino en los miles de logros cotidianos, pequeños y grandes, que obtenemos. Pero se juega, mucho más aun, en los millones de errores, equivocaciones, desaciertos que realizamos día a día. Tal vez, mejor dicho, es seguro que son ellos, también, los que nos llevan a aprender significativamente. Nos llevan a construirnos como personas libres y autónomas.
¿Quién aprenderá significativamente más? ¿El que sacó 6,7 de promedio general? ¿El que sacó 4,9 de promedio general? Respuesta incierta, la vida misma tal vez nos lo puede aclarar.
(Recuerdo que muchos "genios" admirados fueron de los que sacaron 4,9 de "promedio general")

miércoles, 24 de octubre de 2012

Hacer las cosas de otra forma ahora

¿Por qué en la Escuela nos cuesta tanto cambiar las formas de hacer las cosas? ¿Por qué seguimos con una estructura organizacional heredada de la revolución industrial? ¿Por qué seguimos ocupando "inspectores"? ¿Qué deben inspeccionar? ¿Por qué seguimos "parcelando" el conocimiento en ciencias, lenguaje, matemáticas, etc.? ¿Por qué agrupamos por edad a los estudiantes? ¿Por que´todos deben realizar la misma evaluación tanto en forma como en habilidades a evaluar? ¿Por qué seguimos calificando a los estudiantes con una escala numérica de 1 a 7? ´¿Por qué seguimos exigiendo uniformes y cortes de pelo "tradicionales"? ¿Por qué seguimos aprobando a un estudiante al final de año solo por sus calificaciones? ¿Por qué la "formación integral" sigue siendo solo una frase de todos los Proyectos Educativos?
Son muchas las preguntas que aparecen cuando confrontamos a la mayoría de las Escuelas que tenemos en Chile con lo que está ocurriendo en la sociedad actual. Nuestra Escuela sigue estando 40 años atrás de lo que ocurre en la sociedad.
Ciertamente hay muchos espacios en donde se respira aire nuevo, en donde la Escuela se abre a la sociedad, al mundo actual y, sobre todo, es capaz de mirar un poco más allá e intentar visualizar el futuro. Surgen diversas experiencias tal como lo muestra www.educacionprohibida.com en la cual la Escuela está dando un giro existencial necesario.
Pero hay mucho más por hacer. Y esa es la tarea que tenemos entre manos. Se hace vital comenzar a hacer las cosas de otra forma, atrevernos a abrir las ventanas y puertas de la Escuela y comenzar a mirar donde la vida fluye, circula y se desarrolla. Esta tarea no es sencilla, ni de logros inmediatos. Se requieren capacidades intelectuales, emocionales, afectivas. Es fundamental cambiar el chip  dar un salto vital hacia nuevas formar de comprender al ser humano, la convivencia y la sociedad.
No podemos esperar que todos estemos de acuerdo en cómo hacer las cosas de forma distinta. ¨Pero lo importante es comenzar. Para ello hay que trabajar los liderazgos, no solo directivos, sino, sobre todo, los liderazgos de los profesores que son quienes debemos conducir esta transformación. No será el sistema central, ni el Ministerio, ni el Gobierno, ni los organismos de educación internacionales los que cambiarán el chip. Tal vez estemos asistiendo al inicio de un nueva Escuela. Se abren nuevas ventanas (TIC´s, neurociencias, emociones, etc.) por donde entran aires de renovación para una Escuela que está perdiendo el foco, que no satisface las necesidades de los estudiantes que hoy llenan sus aulas. Una Escuela que maltrata a sus niños y niñas, que está en el centro del huracán, pero que, al parecer, no se da cuenta de dónde está ubicada.
Me quedo con esta frase que extraje de un comercial de automóviles: "La próxima vez que tengas un sueño, que no se te olvide cumplirlo" En eso estamos en la Escuela, cumpliendo nuestro sueño.

jueves, 18 de octubre de 2012

Documental "Profes"

Espero poder comentarla pronto.
Aprender, crear, transformar.
Vean el documental "Profes: un documental de Elige Educar"

lunes, 15 de octubre de 2012

"El reemplazante" Feliz Día del Maestro: ¿Qué celebramos?

No sé bien si es el 16 de octubre u otro día. Tampoco sé, a ciencia cierta, si se celebra en esa fecha solo en Chile, pero el hecho es que hace 15 años que celebro el día del Maestro. La primera celebración fue en Curarrehue, en la Escuela Misional N°3 (hoy Complejo Educacional Ruka Ngen). Ciertamente la que más recuerdo.
¿Qué celebramos los profesores? ¿cuál debe ser el foco de este día de celebración para nosotros? De cara al espacio que hoy tiene la Educación en nuestro país, y en el mundo entero, ¿qué tenemos para celebrar los profesores?
Siempre he pensado que para muchas personas, tal vez para demasiadas, los profesores seguimos siendo los héroes de nuestra sociedad. Intuyo una mirada sobre nuestra profesión, incluso de muchos profesores, como si estuviéramos salvando al mundo con nuestro trabajo. Me ha pasado varias veces que cuando digo que soy profesor en un grupo nuevo, aparecen los comentarios del tipo "qué bonito", "debe ser tan lindo trabajar con niños". Aparece una cierta admiración, no se bien por qué, sobre el trabajo docente. Al parecer hay un grupo que ve en los profesores los responsables del futuro, del bien de la humanidad. Somos los héroes que el mundo requiere, que la sociedad necesita en este momento tan delicado y crítico.
Pero estos héroes, a juicio de muchos más, son además mártires. Tenemos sueldos bajos en comparación a otros profesionales, trabajamos muchas horas tanto en el Colegio como en nuestro hogares. Somos medio psicólogos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, padres y madres de nuestros alumnos. Se nos valora porque tenemos paciencia con los niños inquietos y con los jóvenes rebeldes. Los profesores, los mártires del siglo XXI, en quienes se depositan las esperanzas de esta sociedad.
Ciertamente hoy a la Escuela se le pide todo: prevenir las drogas, el abuso, educar en valores, desarrollar habilidades, prevenir las injusticias y educar para la paz, entre otros pedidos más. Y somos los profesores quienes debemos lograr todo esto. La sociedad pone en nosotros toda la responsabilidad, pero por otro lado surgen voces críticas, voces que nos ubican como un grupo de profesionales que nos falta actualización, que no logramos que los niños aprendan, que tenemos gran responsabilidad en los bajos resultados del SIMCE, PISA y cuanta prueba estandarizada busque saber si los estudiantes están o no preparados para la sociedad de consumo.
Tal vez esta reflexión no sea aplicable al menos del 10% de Colegios particulares pagados en donde ser profesor, en varios de esos casos, es una realidad incierta en términos del lugar que le otorga la familia en la formación de sus hijos.
En medio de estas dos fuerzas: profesores que deben salvar el mundo que a la vez no tienen las competencias para dar una buena educación, se erige nuestra labor cotidiana, anónima. silenciosa y completamente diversa. Seguramente mañana muchos hablarán de los profesores, sobre todo los tecnócratas de turno y los cientos que hablan, escriben, opinan, critican y piensan, sin haber escuchado nunca, o hace mucho tiempo, un timbre que indique el inicio de recreo.
Mientras veo "El Reemplazante" (TVN) me doy cuenta que una de las cosas que tenemos para celebrar es la capacidad de seguir apostando, en medio del silencio, por hacer otro mundo posible. Con errores, con aciertos, a veces con más empeño que profesionalismo. Con inseguridades, con falta de coraje, pero estoy seguro que seguimos aportando a que la transformación social no sea solo la utopía, sino la certeza de la realidad que nos toca, de lunes a viernes, vivir en nuestra aulas y patios.